martes, 1 de junio de 2010

INFLUENCIA DE LOS COMERCIALES




Hoy en día la falta de recursos económicos en las familias les ha llevado a la automedicación, práctica que a la distancia puede ocasionarles severas complicaciones e incluso hasta la muerte.

Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en México según reportes del año 2007-2008, el 50% de la población ejerce ésta práctica.

Pero para Rosa Martha Meda Lara, Investigadora del Departamento de Psicología Básica de la UdeG, los medios de comunicación, en especial la televisión fomentan en el televidente dicha práctica. Ejercen un “impacto importante, ya que ahí recomiendan el uso de medicamentos de acuerdo a diversos síntomas”, opina la investigadora.

‘El hecho de que aparezcan personajes importantes como artistas para el uso de ciertos analgésicos o antibióticos hace que los sujetos los vean como ejemplos y recurran a la automedicación, señaló Meda Lara.
Un claro ejemplo es que en México la población recurre a productos como la aspirina para cualquier síntoma y pueden existir organismos alérgicos a ése y otros productos, cuyo consumo no adecuado puede producir enfermedades o llevar a la muerte, afirmó.

Otro de los factores que influyen en la automedicación de las personas es la información de la familia, señala la universitaria.

Para la investigadora sería importante que la Secretaría de Salud ejerciera una autorregulación en los medios que informen a los consumidores sobre el uso y efecto de los productos. Así como también, se pronunció por una orientación temprana de concientización en la población que empezaría desde la escuela.

Riesgos

AUTOMEDICACION

El autocuidado, es decir, el propio tratamiento de los signos y síntomas de enfermedad que las personas padecen, a lo largo de la historia de la Humanidad ha sido la forma más utilizada para el mantenimiento de la salud. La automedicación, en la actualidad sigue siendo una práctica ampliamente extendida en la sociedad, fuertemente estimulada e inducida en gran medida por el aparato publicitario en los medios y en la vía pública. Esta publicación tiene por objeto plantear una reflexión sobre los riesgos conocidos de la automedicación, sea con productos de venta libre o bajo receta. El uso abusivo de los medicamentos es un importante problema, que las personas aún no toman en serio, siendo frecuente causa de efectos adversos graves; en algunos países, entre el 30 y 50% de los casos de falla hepática aguda se asocian con el uso de un fármaco de venta libre. En Estados Unidos el uso inapropiado de fármacos constituye la tercera causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Con el término “automedicación” se designa el uso de medicamentos sin indicación médica. El concepto abarca dos fenómenos distintos aunque relacionados: el uso de medicamentos de venta libre y el uso de medicamentos de venta bajo receta. Algunos autores denominan “autoprescripción” al segundo para distinguirlo del uso de venta libre.

Su génesis está en que no se realiza lo fundamental ante cualquier signo de enfermedad: el diagnóstico. El único que puede hacerlo es su médico: no el farmacéutico, ni los amigos o familiares. "¿Te duele la cabeza?, ¿Por qué no tomas estos comprimidos que a mí me dieron muy buen resultado?". "No voy a ir al médico por una tos, me compro un antibiótico”, son expresiones tan corrientes que pasa inadvertido el riesgo de la automedicación.

Algunos factores parecen haber incrementado esta cultura por parte del enfermo de administrarse fármacos sin consejo médico. Se aduce falta de tiempo para acudir a la consulta, pérdida de la credibilidad en la práctica médica basada en el deterioro de la relación médico-paciente (seguramente relacionado con el modelo de relación médico-paciente en el que la capacidad de autonomía y de decisión del propio enfermo es anulada, bajo la excusa de una supuesta incapacidad para opinar o tomar las decisiones que afecten a su propia salud y enfermedad); procesos patológicos banales que por su carácter de cronicidad son poco valorados por el enfermo e interpretados como automedicables como cefaleas, procesos respiratorios, trastornos gastrointestinales, entre otros. Los medios de comunicación aportan mucha información y “todo el mundo entiende de medicina”; la influencia de la propaganda escrita o televisiva con ofrecimiento de alivio inmediato de síntomas induce al público a la automedicación. Todo esto, no justifica la toma de un medicamento sin las indicaciones de un profesional médico, porque seguramente no son pocos los casos en que se los utiliza inadecuadamente, ya sea, por no tomar la medicación adecuada al proceso, o las dosis no son las apropiadas o la suspensión del tratamiento cuando desaparecen algunos síntomas sin estar resuelto el problema.